miércoles, 29 de junio de 2022

El crepúsculo de quienes fuimos dioses



Gloria Swanson

Muchas veces, los fantasmas transitan a nuestro alrededor con tanto descaro que apenas nos dejan conciliar el sueño. Ahora, en estos instantes, me pasa que, el presente se ha vuelto demasiado remoto y distante. Es decir, demasiado lejano para poder comprender hacia dónde me lleva.

«Es curiosa la amabilidad de la gente cuando estás muerto», nos dijo William M. Holden, en la película. Tal como se manifiesta en la protagonista del film, la vigencia de hoy es resistir a un pasado de esplendor, pero que reconozco hallarse soterrado por telarañas y mustios maquillajes.

Pasado, que ya no puede ocultar las arrugas ni el devenir de nuestros pasos. Pasado, que nos dicen que todo fue mentira y que estábamos equivocados, por otro lado, existe una especie de conjuro social que nos reta y engaña, manteniéndonos en un estado de eterna juventud y en el que, de la manera más absurda posible, se nos intenta situar en el pódium de los privilegiados. Ya expuso esto el gran Aldous Huxley, en «Un mundo feliz».

Tras lo acontecido en Ucrania es de obligado cumplimiento revertir el planteamiento sobre el sentido de la vida. En este instante, ya sea en Europa, en África o la China, nos hallamos en pleno desgaste social y toda la seguridad que hemos disfrutado desde 1945, se tambalean desde los más profundos cimientos.

Y en este despropósito, los mismos de siempre, se atreven a negarnos lo evidente.
Ahora que nos hemos hecho mayores para afrontar la lucha, esta gran batalla por levantar e intentar sostener los viejos principios de antaño. Nosotros que nos llenamos el pelo de flores y pregonamos al viento una nueva propuesta de libertad.

Estoy convencido que volveremos a cantar a coro y que regresaran conciertos como «Woodstock» o el «Live Aid» y que alguien más cercano al otro mundo que a este, nos regalará composiciones como «Shine On You Crazy Diamond».
Eso es cuanto sueño y le pido a mí Dios, ahora que el desconcierto me hunde y la emoción hace llenar mis ojos de lágrimas; Benditas seas por siempre Janis Joplin, y que tu «Summertime», se lo último que llegue a mis oídos.

Además de eso, pido que, aun haciéndonos mayores, nos atrevamos a desafiar el mar y los estanques. Desnudos, vestidos de piel, como decíamos por entonces, sin rubor ni vergüenza; como si formase parte una historia de H. G. Wells.

Porque hablo desde el convencimiento de que, quien tuvo retuvo.

Por ello, manifiesto públicamente mi descaro ante los poderosos y políticos de algodón. Es de conciencia el estar contentos, aunque sea por el atrevimiento que sostuvimos amando y viviendo.

Los vagabundos de Dharma, nos llamó Jack Kerouac.

El cuerpo ya no me responde, pero mi centro y mi mente sí. Saber vivir cada momento, como si fuese el último y aprender a ofrecer la respuesta más óptima y acertada posible. Todo cuanto hemos sido, lo seguimos siendo ahora. Ya no puedo correr con mis piernas, pero sí puedo hacerlo con mi mente.

Dichoso aquellos que arriesgamos en el intento de cambiar el mundo, aún a sabiendas hoy; que hicimos cuanto pudimos y nos dejaron.

— ¿Tú eres hippie, abuelo?
—Hasta los huevos, hijo. —Dijo José Sacristán, en Formentera Lady

1 comentario:

  1. Una reflexión que me encanta, pero en esta ocasión amigo mío, permíteme quedarme con esa frase de José Sacristán en Formentera Lady...

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