martes, 31 de agosto de 2021

El Oráculo

Figura pintada sobre un palé de madera.
Óleo y materiales diversos.
Expuesta en la Casa de la Cultura (Carmona)
Septiembre de 2016

Hace años hice un viaje largo por el interior de la península, cuyo final derivó el monasterio de Santo Toribio de Liébana en Cantabria; motivado por unas láminas que se habían cruzado en mi camino. Los dibujos me impresionaron y removieron algo dentro de mí, revelando un sentimiento muy especial.

Todo comenzó en otro monasterio y en el que pasé varios días; Santo Domingo de Silos en la provincia de Burgos, allí en su claustro observé unos relieves en los cuales unas imágenes representaban escenas de la pasión de Jesucristo.

Dichas imágenes mostraban una perspectiva diferente a cuanto había visto. A pesar de ser una talla antiquísima trasladaba cierta contemporaneidad junto con un código que se había mantenido vigente tras cientos de años. Esas pupilas exageradamente abiertas y su sentido del ritmo me transportaban a un lenguaje distinto. Observé los frisos una y otra vez en silencio, hasta llegar a la conclusión de que el escultor quería mostrar algo más de lo que aparentaba ser una simple representación de la pasión de Cristo.


El equilibrio que emanaba del conjunto; sus ángulos y la increíble proporción que había utilizado el autor, desmontó la estructura sobre la cual había sostenido mi fe espiritual, y que se había hallado más cerca de oriente.

Paralelamente, en la pequeña tienda del monasterio descubrí unas láminas que me conmovieron al descubrir los Beatos que son códices o manuscritos que interpretan del libro del Apocalipsis y cuyos primeros ejemplares se remontan al año 700.

Maravillado por el descubrimiento proseguí mi viaje a la búsqueda de los beatos como si algo maravilloso tirara de mí. Burgo de Osma, San Millán de la Cogolla, San Pedro de Ardanza, el Escorial, la Huelgas; un largo camino que tuvo su término en el Valle del Liébana.

Desde entonces no han dejado de fascinarme estos dibujos, hasta llegar a la conclusión que son una especie de código cuyas representaciones muestran algo mucho más profundo de lo que aparentemente parece ser.


El Misterio de los Siete Sellos.

El primer sello: un Caballo Blanco


«Un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer».

El segundo sello: un Caballo Rojo

«Otro caballo rojo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada».

El tercer sello: un Caballo Negro

«Miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino».

El cuarto sello: un Caballo Amarillo

«Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra».


El quinto sello: Tribulación

«Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, ¿Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos».

El sexto sello: Las Señales Cósmicas

«Luego, al abrirse el sexto sello, Juan presenció “un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar».

El séptimo sello: la ira y misericordia de Dios

«Al abrirse el séptimo sello, las siete trompetas se prepararán para sonar. Cuando suene la quinta trompeta, el castigo ya habrá sido tan severo que “los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos”. De hecho, un tercio de la humanidad morirá durante la trompeta siguiente».



miércoles, 18 de agosto de 2021

Friedl Dickens Brandey, Tributo a la Belleza.


Friedl Dickens Brandey

Nacida un 30 de Julio de 1898 en Viena 
y asesinada en el campo de concentración de Birkenau 
el 9 de octubre de 1944 a la edad de 46 años.

No es esta una página biográfica, para eso podéis encontrarla en Google. Es esto un homenaje a la gran educadora y precursora de la Arteterapia. Que sirva este post como recordatorio de aquella mujer que entregó su alma a los niños al  intentar, por todos los medios que tuvo a su alcance, alejarlos de un infierno.

Comencemos pues en 1931 cuando, recién separada de  Franz Singer y a sus 28 años de edad, decide trasladarse a Viena. Dando comienzo su carrera como educadora y dejando atrás una vida dedicada al arte en sus más variadas facetas. 

En 1934 fue arrestada y acusada de desarrollar actividades relacionadas con el partido comunista ruso. Después de su liberación y tras un breve encarcelamiento, se trasladó a Praga, pues en aquella época el nazismo tomaba cada vez más fuerza en Europa Central. 

En Praga se casó con su primo Pavel Brandeis, que era contable y había obtenido la nacionalidad checa. En esta época empezó a desarrollar sus dotes como pintora, al tiempo que empezó a trabajar con los hijos e hijas de emigrados políticos procedentes de Alemania. Empezó a aplicar el sistema que había aprendido de Johannes Itten, estableciendo un intenso vínculo con los niños y niñas, ya que su mera presencia y calidez materna fueron suficientes para crear esta atmósfera positiva. 


A finales de otoño 1942, la pareja recibe una orden de deportación y el 17 de diciembre del mismo año son enviados al campo de concentración de Terezín, un pueblo al norte de Praga.

Durante su cautividad, Friedl organizó clandestinamente clases educativas y de arte para la población infantil que se encontraba recluida. Enseñó a dibujar a cientos de niños y niñas, diseñó decorados y vestuario para, al menos, dos representaciones infantiles e hizo una exposición de los dibujos que mostraban la vida diaria en sus anteriores hogares.


Su principal objetivo fue restablecer el mundo interior de los pequeños, el cual estaba destrozado, administrando terapia a través de la expresión artística de modo que pudieran canalizar sus emociones y entender su entorno. De esta manera, todos sus recursos se fusionaron en su trabajo: su personalidad carismática, enorme energía, métodos de enseñanza innovadores, habilidades artísticas refinadas y profundo conocimiento de la psicología infantil. 

«Quienes sobrevivieron la definían como «el misterio de la belleza» 
o «el misterio de la libertad». 

Una de sus primeras alumnas, Erna Furman, escribió: «La enseñanza de Friedl y el tiempo que pasé dibujando con ella son los recuerdos que guardo con más cariño en mi memoria de toda mi vida».

"Friedl, fue la única que me enseñó sin pedir nunca nada a cambio. Ella solo se daba a sí misma a los demás" (una carta a Elene Makarova, 1989).

En septiembre de 1944, su marido fue transportado a Auschwitz.

Friedl, solicitó reunirse con él y fue deportada voluntariamente junto con algunos de sus estudiantes.

Pero, antes de marcharse le entregó a Raja Engläderova, la encargada del hogar de chicas L 410, dos maletas con 4.500 dibujos realizados en sus clases para que se lo entregara a Hana Brady.

Friedl Dicker-Brandeis murió asesinada en el campo de concentración de Birkenau el 9 de octubre de 1944 a la edad de 46 años.

Su marido, Pavel, sobrevivió al Holocausto.

domingo, 15 de agosto de 2021

La Canción de la Mariposa de Federico García Lorca

 


Ricardo Reina Martel


Volaré por el hilo de plata.

Mis hijos me esperan,

allá en los campos lejanos,

hilando en sus ruecas.


Volaré por el hilo de plata.

Yo soy el espíritu de la seda.


Vengo de un arca misteriosa

y voy hacia la niebla.


Que cante la araña en su cueva,

la araña, en su cueva.


Que el ruiseñor medite mi leyenda,

que la gota de lluvia se asombra,

al resbalar sobre mis alas muertas.


Soy la muerte y la belleza.


Hilé mi corazón sobre mi carne

para rezar en las tinieblas,

y la Muerte me dio dos alas blancas,

pero cegó la fuente de mi seda.


Ahora comprendo el lamentar del agua,

y el lamentar de las estrellas,

y el lamentar del viento en la montaña,

y el zumbido punzante de la abeja.


Porque soy la muerte y la belleza,

la muerte y la belleza.


Lo que dice la nieve sobre el prado

lo repite la hoguera;

las canciones del humo en la mañana,

las dicen las raíces bajo tierra.


Volaré por el hilo de plata;

Mis hijos me esperan.

Vengo de un arca misteriosa

y voy hacia la niebla.


Que cante la araña en su cueva,

la araña en su cueva.


Que el ruiseñor medite mi leyenda,

que la gota de lluvia se asombre

al resbalar sobre mis alas muertas.


Soy la muerte y la belleza


Y que cante la araña en su cueva

la araña en su cueva.


Que el ruiseñor medite mi leyenda,

que la gota de lluvia se asombra,

al resbalar sobre mis alas muertas.


Soy la muerte y la belleza


Federico García Lorca

Versión para un canción de Amancio Prada


miércoles, 11 de agosto de 2021

Cromoterapia, el arte de comer en colores

 


«Cocinar es más que un oficio, 
es vida, energía y un punto de locura
 que nos hace felices.
y no hay mayor satisfacción 
que repartir felicidad».

Montse Estruch, Chef de Cocina


Comenzamos un tema que nos apasiona y en que he dedicado la mayor parte de mi vida; la cocina y la  alimentación.

Dentro de la disciplina terapéutica, el tema culinario se encuentra en sus más remotos principios. Sin embargo, es un tema muy importante ya que afronta directamente trastornos psicosomáticos derivados de una deficiente cultura alimentaria relacionados con la imagen y el cuerpo.


La Cromodieta es aplicada sobre todo en talleres infantiles por los arteterapeutas con la finalidad de hacer llegar, de una manera diferente, al público infantil las propiedades de las verduras y de la totalidad de sus nutrientes.

Los colores más presentes en frutas y verduras son los rojos, blancos, amarillos, anaranjados, azules, violetas y los verdes.

Las investigaciones sobre nutrición indican que los coloridos de estos vegetales contienen vitaminas y minerales esenciales, así como fibras y fitoquímicos que el organismo necesita para promover la salud y las personas se sientan bien.


Los Rojos

Este color está en muchos de los frutos y verduras como el pimentón, las cerezas y el tomate, entre otros. Al añadir los colores rojos a la alimentación diaria, también se está incorporando un fuerte antioxidante llamado licopeno. Se ha comprobado que las dietas ricas en licopeno contribuyen a combatir las enfermedades cardíacas y algunas formas de cáncer. Los tomates, la sandía y los pomelos rojos o rosados lo contienen.

Rojo es el color de los alimentos que ayuda a mantener la salud cardiovascular y disminuye el riesgo algunos tipos de cáncer. Y rojos son cerezas, fresas, sandía, granada, tomate, pimiento o rábano.


Los Verdes

Los vegetales verdes no solamente lucen espectaculares y tienen muy buen sabor, sino que son ricos en fotoquímicos, que ayudan a mantenerse saludable. Por ejemplo, la luteína y la sea xantina de la familia de los carotenoides, que se encuentran en la espinaca, la col rizada, el brócoli, entre otros vegetales, tienen propiedades antioxidantes y en la actualidad son objeto de estudio, pues se piensa que protegen los ojos al mantener la retina fuerte. También son objeto de investigación los vegetales crucíferos; como el repollo, las coles de Bruselas, la col rizada y el nabo, a fin de determinar si pueden reducir el riesgo de tumores cancerígenos. Los vegetales verdes también están cargados de vitaminas (folato) y minerales esenciales y fibra.

El verde es el que predomina en la dieta española. Y verdes son, entre otros, acelgas, alcachofas, brécol, lechuga o guisantes; aguacate o kiwi. En este grupo encontramos antioxidantes, potasio, vitaminas C y K y ácido fólico.


Los Anaranjados y Amarillos

El anaranjado, el color del sol resplandeciente, no debe faltar en la alimentación diaria. Las frutas y los vegetales anaranjados, como mangos, zanahorias y duraznos, contienen betacaroteno. Este carotinoide es un antioxidante natural que se está estudiando por el papel que desempeña en el mejoramiento del sistema inmunológico. Además de considerarse que tienen fuertes propiedades protectoras de la salud, el grupo anaranjado de vegetales y frutas es rico en vitamina C. El folato, que en la mayoría de los casos se consigue en los vegetales de hojas verdes, también se encuentra en las frutas y los vegetales de color naranja. El folato es una vitamina B que puede ayudar a prevenir algunos defectos congénitos y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Con una composición química tan buena, el grupo de las frutas y los vegetales color naranja no debe faltar en la dieta.

Naranja es el color de calabazas y zanahorias, de melocotones, naranja, níspero, limón y piña. Aportan Betacaroteno, vitamina A y C, entre otros nutrientes. Ayudan a tener una las defensas altas, buena visión y la piel sana.

Las frutas y los vegetales de color amarillo brillante ofrecen beneficios iguales a los del grupo color naranja: alto contenido en vitaminas esenciales y carotenoides. La piña, por ejemplo, es rica en vitamina C, manganeso y la enzima natural bromelaína. De la misma manera, las peras y el maíz son ricos en fibra. Las frutas y los vegetales de color amarillo pertenecen a muchas familias diferentes, pero todos comparten propiedades ricas al gusto y beneficiosas para la salud.


Los Azules y Violetas

Los colores azul y violeta como la berenjena, higos, ciruelas, no solamente llenan el plato de bellos matices y exquisito sabor, sino que lo complementan con flavonoides, fitoquímicos y antioxidantes, todos elementos que mejoran la salud. Las antocianinas, de la familia de los fitoquímicos, son los pigmentos que dan el color azul a ciertas frutas y vegetales. Se está estudiando el papel que desempeñan en la defensa del organismo contra peligrosos carcinógenos.

Los arándanos azules en particular son ricos en vitamina C y ácido fólico y tienen un alto contenido de fibra y potasio.

Violeta también es el color de la salud comestible. Disminuye el riesgo de algunos tipos de cáncer, combate el envejecimiento y preserva la memoria. Encontramos estas propiedades en arándanos, ciruela, higo, berenjena, lombarda y remolacha.

martes, 3 de agosto de 2021

Don Martín Ramírez I

«La pintura es materia encantada»

Apollinaire

La imperiosa necesidad creativa de don Martín Ramírez le empujaba a diario, como cualquier madrugada del año 1940, a incorporarse de manera cautelosa y recorrer en la oscuridad los largos pasillos del hospital DeWitt en Auburn, sede del condado de Placer County en California.

Hacía mucho que se habían apagado las luces del pabellón, allá sobre las ocho de la noche, pero el impulso transformador del genio le imposibilita darse una tregua. «Se trata de una fuerza vital que nace bien sabe de dónde y que es invisible» nos decía Antonio Blay.

Energía procedente de una fuerza primaria, según Maslow; «La personalidad es la expresión de la fuerza vital del individuo, y, probablemente, la extensión de dicha fuerza al medio ambiente».


El caso es que don Martín Ramírez hurgaba entre la basura buscando papeles, trozos de cartón, cartulina, impresos… cualquier soporte digno de poder expresarse.

Ese acto que tanto nos recuerda a los últimos días de Odilon Redón; donde suplicaba por los mercados de frutas parisinos algo de papel de embalaje para poder dar testimonio de su expresión.

Una vez gestionado el material; memorandos, sobres, cartas, vasos de papel, hojas de revistas, periódicos, libros y demás elementos. Pegaba los fragmentos que conformarían la obra con un adhesivo que el mismo elaboraba y, que según se cuenta, se componía de patatas, migas de pan, avena... todo mezclado con saliva o mocos del autor.


Obviamente que, todo cuanto cayera en sus manos se convertía en material digno de ser utilizado; pues en el Hospital DeWitt no existían demasiadas posibilidades y el poco material aportado se mantenía en las dependencias de la ceramista Marie Deshene, encargada del área ocupacional del hospital.

Un espectáculo debió de ser el poder presenciar, durante la madrugada, la imperiosa labor de don Martín.

Sobrevivir al silencio, a ese vacío que marca la ausencia de confrontación, discurso como diría Baudelaire; «Lo imprevisible convertido en necesidad».

Sobre los materiales o tintas, diré que utilizaba lo que le llegaba; algunas acuarelas, lápices de colores, tintes de zapatos y jugo extraído de alguna fruta… Concluyendo todo ello en una pasta grasienta a la que solía añadirle avena.

Los pinceles los confeccionaba reconvirtiendo, asombrosamente, palillos de fósforos usados.


Dada las grandes dimensiones de sus obras trabajaba directamente sobre el suelo y en cuclillas; en la posición usual que adoptan los hombres de campo mexicanos, mientras estos conversan o se echan un cigarrillo. De vez en cuando, y para poder apreciar en perspectiva su obra, se subía sobre una mesa y desde allí observaba la evolución del trabajo.

La originalidad de su técnica, unida a una brutal capacidad de producir y junto a lo misterioso que rodeaba el asunto, atrajo el interés del personal del hospital. Doctores y enfermeros se quedaban en el pabellón, una vez transcurrida su jornada laboral, con la única intención de verlo trabajar.


La fama de don Martín Ramírez cruzó la frontera del hospital, pues la noticia del misterioso pintor mudo llegó hasta los profesores y estudiantes de la Universidad de Arte de Sacramento. Y muchos artistas quedaron impresionados por el espectáculo que el señor Ramírez ofrecía. El concierto creativo de un demente anónimo, un habitante en tierra de nadie.

Durante el día no vivía, solía levantar un refugio bajo las mesas, alejándose de sus convecinos y delirantes acompañantes.

Más ahora, nos toca preguntarnos:

¿Hacia dónde llevaban sus túneles?

Sí, una frontera.

Pero, ¿hacia dónde?