miércoles, 9 de febrero de 2022

Residencia de Mayores de Marchena, un viaje en el tiempo

 


Sólo no hay primavera en mi recinto.
Enfermedades, besos desquiciados,
como yedras de iglesia se pegaron
a las ventanas negras de mi vida
y el sólo amor no basta, ni el salvaje
y extenso aroma de la primavera.

Pablo Neruda

Año de 1240

Fernando III conquista Marchena un 20 de enero.

Año de 1558

Se construye el Hospital de San Jerónimo junto a la puerta de Osuna, traspasando los límites de la muralla antigua. Siendo primero hospedería de jesuitas, para luego, y con el tiempo, pasar a ser colegio de niñas y niños.

Año de 1629

Es fundado como colegio por D. Gonzalo Fernández, presbítero de la Villa, tras otorgar su testamento en el año 1609. Tuvo los primeros alumnos en 1629. Los Jesuitas del Colegio de la Encarnación impartían aquí clases de filosofía y moral, pero por la vinculación que tenía con el Colegio de San Hermenegildo de Sevilla, los alumnos de Marchena tenían preferencia frente a otros a la hora de pasar al de Sevilla para estudiar Teología.


Sor Carmen Fons

Año de 1774

Los Jesuitas son expulsados de España, el colegio se convierte definitivamente en hospital.

Año de 1836

Se agrega al campus el Hospital de la Misericordia, creando un marco incomparable y con una superficie global de 12.170 metros cuadrados, destinados a colegios, hospitales, asilo y zona conventual. Constituyendo un marco de servicio sociales de los más grandes de Andalucía.

Año de 1864

Año en que llegaron las Hermanas de la Caridad, concretamente un 19 de junio y con la intención de atender a los pobres y necesitados de la ciudad que no eran pocos. Se dice que fueron recibidas al replique de todas las campanas de Marchena. Por sus dependencias pasaron nada más y nada menos que 8.200 necesitados donde encontraron una cama limpia y un plato de sopa caliente.


Año de 1936

La terrible guerra hizo estragos y en dichos años se hubieron de abrir las puertas del huerto. Familias enteras se alojaban bajos sus frutales y las parras, al amparo de las monjas. El hospital se colapsó y el hambre hizo estragos. Ni tan siquiera había tiempo de enterrar los muertos en el cementerio, tal era la catástrofe que se cernía sobre Marchena y el resto de España.

Año de 1964

Existe una gran fiesta de la que se tiene constancia por escrito; concretamente en 1964 al celebrarse el centenario de la llegada de las Hermanas a Marchena y en donde el pueblo entero se entregó con verdadera devoción, siendo la algarabía de tal magnitud que una monja tras despedirse el último de los asistentes exclamó; — ¡Menos mal que esto no volverá a ocurrir hasta después de 100 años!

Año de 1970

A finales de los años setenta fue abandonado el edificio por las monjas, permaneciendo vacío. Las Hermanas de la Caridad negociaron la cesión del edificio al ayuntamiento, plasmándose dicho acuerdo en un documento donde venía especificado que en dicha cesión, el ayuntamiento se comprometía a que dicho solar fuese destinado a una Residencia de Ancianos.


Año de 1985

Comenzaron las obras de restauración en la zona del huerto, levantándose una nueva Residencia. Junto al nuevo edificio quedó el antiguo hospital, dónde recuerdo que había un pozo, una alberca, un vivero, un hermoso patio de columnas blancas y una escultura de la Virgen.

Año de 1994

Al fin se contrató al personal en la segunda mitad de octubre de 1993, pero hasta marzo de 1994 no pudo inaugurarse, festejándose por todo lo alto y con una pomposa celebración donde no faltó música, ni las figuritas de mazapán de las Hermanas Clarisas, ni los políticos de turno.

Fueron los mejores años de la Residencia, pues la alegría del numeroso personal contratado impregnaba la actividad de la misma. Entonces el patio se llenó de flores y no faltaron canarios ni jilgueros que cantaban en sus jaulas, pareciendo el salón de una enorme casa donde todos, trabajadores y residentes convivían en armonía.

Se celebraba la misa todos los domingos y toda la historia del pueblo y del mundo… pasaba por allí. Se recibían visitas a diario, también recuerdo oír buen cante flamenco, sonar las guitarras, coros rocieros, chirigotas, campanilleros, bandas de tambores y cornetas, saeteros, sevillanas y hasta los Reyes Magos lo visitaban por navidad.

Recuerdo un concurso de flores, donde cada anciano cuidaba de su maceta.

Se comentaba, por aquellos años, que en algunas se podía oír el sonido de un corazón como si fuese un latido e incluso se decía que en algunas madrugadas se podía presenciar al espíritu de Sor Carmen Fons paseando por los pasillos y visitando a los ancianos.

Dedicado a quienes compartimos los mejores años.

4 comentarios:

  1. Buen trabajo el tuyo y buenos momentos que hemos pasado allí que, se quedan en nosotros en forma de RECUERDOS. Gracias por hacerme participe de tan bonita historia. Saludos

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    1. Gracias Mar, por el comentario. No hay palabras que describa aquellos años que cambiaron nuestra vida.

      Besos, Ricardo.

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  2. Qué de recuerdos, anécdotas y sobre todo, vida. Lo de Sor Carmen Fons hace que se erice la piel, pero incluso eso es bonito. Besos :D

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    1. Son leyendas que circundaban en la residencia cuando se abrió, lo que nadie sabe es que sobre sus cimientos murieron mucha gente durante la guerra civil.

      Besos, Ricardo.

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