miércoles, 20 de abril de 2022

La Muerte de Arturo, historia de una publicación.

 

De fondo suena Pársifal de Wagner. Sobre mí mesa dispongo de varios ejemplares relacionados con la historia que vamos a contar. Del montón de libros, me falta aquel que me hiciera idealizar el personaje durante mi infancia; aquellos clásicos de la editorial bruguera. Supongo que quienes habéis pasado por lo mismo y sabéis de lo que os hablo.

Los hechos del Rey Arturo de Steinbeck, lo leí hace años quedándose marcada en la retina de mi mente su introducción. Es un libro cargado de magia y de atmósferas.

Ahora, dispongo, entre las manos, del Alma Máter de todo este compendio; «La Muerte de Arturo», de Sir Thomas Malory en edición de Siruela. También dispongo del «Ciclo de Vulgata», de autor desconocido y escrito por el 1230, publicado por Alianza.

«La Muerte de Arturo», se editó en Toledo en el 1515 y en Sevilla en el año de 1535.


La primera mención sobre Arturo se produjo en la «Historia Regum Britanniae», de Geoffrey of Monmouth en 1136 y donde Geoffrey, menciona por primera vez el nombre de Arturo. Sin embargo, consultando otras fuentes, encuentro algunas cuestiones interesantes;

En el 537 el historiador Gales Sr. John Rhys, en sus Anales Galeses, ya hace referencia al gran rey con el sinónimo de San Jorge.

Nos dice Rolleston que, sobre el año 800 aproximadamente, se consuma la primera mención del rey en la obra del historiador británico Nennio, en su «Historia de los Británicos». Su relato de Arturo es muy sombrío y breve; «Emperador y caudillo militar, estando al mando contra los sajones, derrotándolos en doce batallas, la última en el monte Badon».

Por lo que Geoffrey de Momouth, aparece en la escena, concretamente en la primera parte del siglo XII. Su obra parece ser que fue sacada de un antiguo libro que le trajo su tío Walter Mapes, archidiácono de Oxford, desde Bretaña.

Geoffrey, según parece, escribió expresamente para conmemorar las proezas de Arturo, cuya fuerza moral habría cautivado de algún modo su imaginación.

A partir de entonces, la personalidad de Arturo adquiere el papel de rey. Geoffrey sitúa el comienzo del reinado de Arturo en el año 505. En el que se narra las guerras sajonas y añade que Arturo, con el tiempo, conquistó Irlanda, Noruega, Galia y Dacia, así como toda la Bretaña, mientras que resistió a la demanda de tributos por parte de los romanos.


Sr. Thomas Malory ha muerto, corren los años de 1471. Dos años antes había terminado de escribir su Muerte de Arturo. Habremos pues de aguardar catorce para ver impresa su publicación.

Sr. Thomas Malory, pasa a la historia, por un lado, engrandecido por los destellos de su obra y, a un mismo tiempo, menospreciado por lo virulenta de su existencia.

De todas formas, existe una cuestión indiscutible en todo esto, a él se le debe la unificación de todo el disperso ciclo artúrico.

El proceso de elaboración de la muerte de Arturo imagino que, debió surgir en los largos años de soledad transcurridos por calabozos de Inglaterra.

Castigado a una larga existencia de encierro entre muros ennegrecidos, Malory, nos lega uno de los mitos universales de la literatura. Similitud asombrosa con nuestro español más adorado; Don Miguel de Cervantes Saavedra.

Pero no puedo detenerme, ya lo dije anteriormente la historia se entrelaza rápidamente y para que subsista un testimonio siempre debe de haber un eslabón que continua.


Se llamaba William Caxton, y nació en 1415 según algunos o de 1422 según otros. Pero eso es lo que menos nos importa.

En 1438 (la primera fecha definida de su vida) se sabe que era aprendiz de Roberto Grande, un mercader bien conocido y rico de Londres.

Cerca de 1446 él se hizo comerciante por su propia cuenta en Brujas, siendo un buen y próspero hombre de negocios.

En 1453 fue a Inglaterra para entrar formalmente en la «Company del Mercers», y en 1465 lo designaron gobernador de Brujas de «los aventureros mercantiles», una asociación de comerciantes ingleses.

En 1468 había comenzado su primera traducción del francés, del «Recuyell del Historyes de Troye», la cual termino en 1471, en ese momento estaba sirviendo como comerciante a la duquesa de Borgoña.

Su primer libro, «Recuyell», fue impreso en Brujas en 1474, en la prensa de la mansión de Colard. En 1476 vuelve a Inglaterra, instalando una prensa en Westminster. A partir de esta fecha hasta el final de su vida publicó noventa y seis libros de con el sello de la «Prensa Westminster», incluyendo, entre otras, los trabajos «d'Arthur de Morte» de sir Thomas Malory, y las varias traducciones de algunos de los clásicos del francés, del latino, y del holandés, junto con un número de libros más pequeños religiosos.

William fue un afanado hombre de letras, redactor, autor, traductor con cierto estilo y un entusiasta de la literatura.


Nuestra obra, se publicó en 1485, modificada abundantemente del escrito original de Malory. Simplificó la novela de los 21 libros originales, en 8 capítulos. Revisando completamente el texto, añadiendo rúbricas y un final para cada capítulo.

Cautivado por la figura de Arturo y sus nobles caballeros, tras visitar las ruinas de Camelot, la capilla de San Eduardo en la Abadía de Westminster, el castillo de Denver, las viejas ruinas de Winchester y presenciar con sus propios ojos la calavera de Sr. Gawain, el manto de Craddok, la tabla redonda, la espada de Lanzarote y muchos otros objetos; Caxtón quiere ofrecer un testimonio de veracidad, siendo su principal deseo la impresión, traducción y difusión de la obra a la lengua materna del inglés.

Se le atribuye a Caxtón la estandarización del idioma ingles y llevar la primera imprenta a Inglaterra, así como el primer vendedor de libros en inglés (sus colegas en Londres eran alemanes, neerlandeses).

En sus propias palabras;

«Ningún hombre puede negar razonablemente, sino que hubo un rey en esta tierra llamado Arturo, pues aquí puede verse la noble caballería, cortesía, humanidad, bondad, osadía, amor, amistad, cobardía, crimen, odio, virtud y pecado. Seguid el bien y abandonad el mal, que él os llevará a la buena fama y al renombre. Y para pasar el tiempo, este libro será agradable de leer; pero en cuanto a dar fe y creer que es cierto todo lo que aquí se contiene, estáis en vuestra libertad».

Murió en 1492 y enterrado en St. Margaret, en Westminster.

2 comentarios:

  1. Muy interesante Ricardo, y las imágenes son una joya también. Besos :D

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    1. Gracias Margarita, tengo más material. ya lo iré subiendo.

      Besos, Ricardo.

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