sábado, 9 de abril de 2022

Homero, apuntes sobre el poeta ciego.

 


Homero recita ante los jóvenes. 
Auguste Leloir

*** 

«¿Por qué me preguntas mi linaje? 
Como el linaje de las hojas soy».

Homero, La Ilíada

La existencia del poeta ciego Homero está en tela de juicio, pues podría tratarse de un personaje ficticio y de que los textos recopilados bajo su nombre perteneciesen a diversos autores.

Sus datos biográficos son escasos, se supone que nació en el siglo VIII A. C. en la población de Esmirna, aunque otras fuentes citan como su lugar de nacimiento Rodas, Salamina o Quíos, en donde parece que residió gran parte de su vida.

El nombre de Hómēros significa rehén, prenda o garantía. Hay una teoría que sostiene que el nombre proviene de una sociedad de poetas llamados los Homéridas (Homēridai), que literalmente significa «hijos de rehenes», es decir, descendientes de prisioneros de guerra. Dado que estos hombres no eran enviados a la guerra al dudarse de su lealtad en el campo de batalla, se les confiaba el trabajo de recordar la poesía épica local, y, con ella, los acontecimientos pasados.

Según la biografía de Herototo, Homero es presentado como el hijo de una huérfana, de nombre Creteidas, que le dio a luz en Esmirna. Conocido como Melesígenes y que pronto destacó por sus cualidades artísticas, iniciando una vida bohemia. Una enfermedad lo dejó ciego, y desde entonces pasó a llamarse Homero. La muerte, siempre según Herodoto, sorprendió a Homero en Íos, en el curso de un viaje a Atenas.

«Puedes ver también en el pronaos del Templo de Apolo de Delfos una estatua de bronce de Homero sobre una estela y en ella leerás el oráculo que dicen que tuvo Homero:

Dichoso e infortunado, pues naciste para cambiar cosas,
Buscas una patria. Tienes una tierra natal, pero no una patria.
La isla de Íos es la patria de tu madre, que cuando mueras te recibirá.
Pero vigila el enigma de los jóvenes muchachos».

PAUSANIAS: op. cit., X, 24.

Es el autor de los dos grandes poemas épicos griegos, «La Ilíada», que narra la Guerra de Troya, y «La Odisea», obra que cuenta el retorno de Ulises a su patria en la isla de Ítaca. Ambos se encuentran distribuidos en 24 cantos.

También se le cree responsable de los «Himnos Homéricos» y la «Bratacomiomaquia».

A pesar de su gran fama y de ser tratado con los más altos honores, Homero falleció en la indigencia en la isla de Íos.


Homero y su lazarillo,
William-Adolphe Bouguereau (1874).

La perfección y la calidad de la Ilíada y la Odisea, considerados obras maestras de la literatura occidental, sólo se explica por la existencia de toda una tradición previa sobre la Guerra de Troya que aedos y rapsodas fueron elaborando y refinando durante siglos y que culmina en los grandiosos poemas homéricos. A pesar de que Homero se sirve de los procedimientos de la tradición oral, es indudable que en ambos poemas hay un propósito poético, un plan y una estructura que revela la actividad de un poeta consciente de su arte.

En la Ilíada se narra el último año de la Guerra de Troya, aunque el episodio central sea la disputa entre dos héroes griegos: Aquiles y Agamenón. La Odisea, que parece ser la más moderna de las dos composiciones atribuidas a Homero, relata las aventuras y penalidades de Ulises (héroe que desempeña un papel secundario en la Ilíada) en el viaje de regreso desde Troya hasta su patria, Ítaca, y el castigo que inflige a los pretendientes de su esposa, Penélope, que le creían muerto.

Homero fue el poeta más admirado de la Antigüedad. Sus obras transmitían conocimientos y enseñanzas relativas a variados aspectos (estratégicos y militares; los astros y el firmamento; cuestiones morales y comportamientos de los seres humanos; las relaciones de los dioses con los hombres) y dieron la forma considerada canónica de la genealogía de los héroes y dioses griegos. Por todo ello sirvió de referencia cultural y religiosa para las generaciones posteriores.

2 comentarios:

  1. Súper interesante Ricardo. Qué pena que hubiese de morir en la indigencia. Al igual que ocurre en la actualidad, demasiadas veces el talento de las obras no es reconocido hasta muerto su autor. Besos :D

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    1. Es de todos los tiempos la cuestión que hablamos. Incluso intuyó Bécquer que tras morir sería reconocido su libro de los gorriones. Creo que lo importante es que la obra sea reconocida y no se pierda. Una cuestión, desde luego, digna de un debate.

      Saludos, Ricardo.

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