miércoles, 22 de diciembre de 2021

Robert Doisneau y la escandalosa secuencia de Romi

 

En 1948, el fotógrafo francés Robert Doisneau, confabulado con el dueño de la galería Romi, en la rue de Seine de París. Decidieron gastar una broma a la gente que pasaba por la calle. Escondieron la cámara de Doisneau en una silla antigua, estratégicamente colocada para captar bien la escena. Colgaron en el escaparate una pintura un tanto indecente de una jovencita desnuda, con sus alegres posaderas desnudas. Y se sentaron a esperar.

A tenor de las caras retratadas en esta divertida serie, titulada «Regard oblique». En Le vitrine de Romi, nos podemos hacer una idea de lo bien que se lo pasaron con el dichoso experimento.

«Si tomas fotos no hables, no escribas, no te autoanalices y no respondas a ninguna pregunta».


«Cuando eres prisionero de la imagen, te atreves con todo».

«Las maravillas de la vida diaria son apasionantes».


Ningún director de cine puede organizar las sorpresas que te puedes encontrar en la calle».

«Sugerir es crear; describir es destruir».


«Fotografiaba, los gestos normales de la gente normal en situaciones normales».

«París es un teatro en el que se paga asiento con el tiempo perdido. Y yo continúo esperando».


«Una centésima de segundo aquí, una centésima de segundo allá, incluso si las juntas, únicamente suman todavía uno, dos o quizás tres segundos arrancados a la eternidad».


«¿Una cámara?...

¡Capullo Papá Noel, yo había pedido una metralleta!».


Robert Doisneau

1 comentario:

  1. ¡Qué sentido del humor y qué creatividad, ja ja! Pues me ha encantado, deberían volver a hacer algo así. Besos :D

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