miércoles, 29 de diciembre de 2021

Francesca Woodman en el recuerdo

 


«Estar una presente,
al mismo tiempo que se oculta...».

Nací en una familia de artistas. Mi madre, Betty, era artista ceramista, y mi padre, George, pintor y, tras mi muerte, fotógrafo. Mis padres compartían una visión muy estética de la vida. Todo lo que veían les interesaba mucho y eso nos influyó de forma determinante a mi hermano Charlie y a mí. Charlie también es artista, el vídeo y la electrónica son sus formas de expresión, y es también profesor de Bellas Artes en la Universidad de Cincinnati.

Como es normal, en una familia como la nuestra se hablaba mucho de arte, de cómo eran las cosas, de lo que veíamos, de cómo lo veíamos… Todo eso nos resultaba especialmente interesante.

Recuerdo oír a mi madre decir que ella no podría vivir con alguien que no diera al arte la misma importancia que ella, que odiaría a esa persona, así, sin más motivo.

Cuando me fui al internado, mi padre me regaló una cámara Rollei japonesa de imitación. Aquello me cambió y para finales de ese mismo año la fotografía ya se había convertido en algo indispensable en mi vida. Fotografiaba de manera compulsiva.


El 19 de enero de 1981, Francesca decidió quitarse la vida con solo 22 años, saltando por una ventana del loft del Lower East Side de Manhattan, Nueva York.


«Esta noche no estoy contenta».

«Pienso y hablo a menudo de mi detestable tendencia al romanticismo».

«Creo que el esfuerzo de deshacerme de esta actitud en mi trabajo; ha tenido un extraño efecto en mi vida».


«La fotografía es también una manera de conectar con la vida».

«Hago fotos de la realidad filtradas a través de mi mente».

«No tiene nada que ver con no poder soportar la decepción en la gran ciudad, con las propias dudas o con que mi corazón se haya ido».


«Tampoco se trata de enseñarle a la gente una lección.
Simplemente es otra cosa».

«Hay un riesgo psíquico en ser un artista,
quizás eso haya hecho que mi vida sea un poco más difícil»

«Lo real no me asusta; sólo me asusta lo que yace en mi mente».


«Las cosas parecen extrañas porque mis fotos dependen de mi estado emocional…
Sé que eso es verdad y he reflexionado sobre ello mucho tiempo.
En cierto modo, me hace sentir muy bien, mucho».

«Mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y preferiría morir joven dejando varias realizaciones… en vez de ir borrando atropelladamente todas estas cosas delicadas…».

«Nadie me mira como me miro yo».

© George and Betty Woodman

1 comentario:

  1. Lástima que se quitara la vida, y además tan joven. Era una gran artista además de una muchacha con toda la vida por delante. Me encanta ese punto que le daba a su fotografía de ver el mundo a su forma. Besos :D

    ResponderEliminar