martes, 29 de marzo de 2022

Sin salida


Pensaba que no había salida. Tanta era la oscuridad que me rodeaba que me hacía tropezar a cada paso que daba. Continuamente tenía que tantear las paredes y caminar despacio asegurándome cada paso que daba…

Había leído un libro y este me había atrapado. Me había llegado un mensaje por wasap y me había vencido. Tenía miedo. Por primera vez podía asegurar que el miedo me había vencido y esta vez sí que desconocía la causa que lo originaba.
Aparentemente no había motivos, tenía el coche aparcado en la puerta y aun cobraba puntualmente a final de mes. La gente se divertía, bebía cervezas y presenciaba el futbol en los bares.

Y yo... caminaba sin rumbo, tal como me gustaba.

Las calles olían sucias, la basura se hacinaba en los contenedores cuando me vinieron aquellas palabras del abuelo Dostoievski «Hay que querer hasta el extremo de alcanzar el fin; todo lo demás son insignificancias», y entonces me dejé llevar como poseído por una cantata de Bach y todo se deshizo ante mí; las calles, el futbol, el ruido de los coches y hasta la gente bebiendo cerveza.

Percibí una puerta donde antes no estaba y aquel viejo cartel luminoso al fin regresaba; «Teatro Mágico. No para cualquiera».

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