lunes, 7 de marzo de 2022

Manuel Tolosa Latour y su terapia del mar


No conocer al insigne doctor Manuel Tolosa puede suponer un verdadero improperio en estos tiempos de tanta mediocridad.

Humanista y reformista, pero por encima de todo «una buena persona». Su amor por la infancia marcó la trayectoria de su vida.
Luchando, contra viento y marea, consiguió sacar adelante numerosos logros. en relación con la infancia.

Una persona adelantada a su época. Este es el triste término con quien se denominan a quienes luchan por un mundo solidario y más justo.

En 1904, consiguió que se redactase y aprobase la Ley de la Protección a la Infancia en el Congreso de los Diputados. Un Congreso que era una auténtica batalla y donde nadie dejaba hacer a nadie. Era este, por entonces, un país hundido en la más absoluta de las miserias tras las desastrosas campañas de Cuba y Filipinas.

En medio de ese caos, tan familiar para el pueblo español, surge la figura de don Manuel, junto a los insignes nombres de Giner de los Ríos, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán y otras personalidades.

Liberal y progresista, se casó con la famosa actriz doña Elisa Mendoza Tenorio que, lo abandonó todo por seguir la causa de su marido.


Federico Godoy Castro
En la playa del sanatorio de Santa Clara

En 1904, el doctor fundó el consultorio llamado «Gota de Leche» en Madrid y Sevilla. «Hay que lavarse y saber lavarse» pregonaban Doña Elisa Tolosa y Doña Concepción Arenal, luchando contra la ignorancia y supersticiones cercanas a una España sumida en la edad media. Ambas mujeres, enseñaban a asearse a las mujeres, mientras les advertía no era perjudicial ni pecado alguno. Sin perjuicios de ningún tipo. les ofrecía ejemplos de cómo mantener una higiene correcta que evitase enfermedades, tanto para ellas como para sus hijos. Mientras, que nuestro querido doctor intentaba enseñar el acto sagrado de amamantar, instruyendo a grupos de más de 50 mujeres a la vez.

Doña Eloísa y don Manuel, intentaba un cambio en la rancia mentalidad española; campaña a la que se unió las más avanzadas ideas feministas de la época. Pero a don Manuel lo que más le interesaban eran los niños y recaudar fondos para sus proyectos.

Una lucha titánica a contra reloj le llevó a emprender uno de los proyectos más innovadores de Europa; el sanatorio de Trillo en Guadalajara y el sanatorio marítimo de Chipiona donde aplicaría una terapia reformadora y a la vez más antigua del mundo; la talasoterapia, que consiste en el uso de los diferentes medios marinos como el agua de mar, algas, barro, pero principalmente del clima marino como agente terapéutico.


Se decidió por Chipiona dado el alto contenido en yodo de sus aguas, por lo que ayudado por el padre Franciscano José Lerchundi, y tras un sin fin de vicisitudes, consiguió, a través de donaciones particulares y sin ayuda oficial, fundar el sanatorio de Santa Clara.

El sanatorio abrió sus puertas el 12 de octubre de 1897. Llenándose de inmediato al recibir niños repatriados de Cuba, además de los niños raquíticos, anímicos y escrofulosos que llegaban de toda España.

2 comentarios:

  1. Qué maravilla de historia Ricardo. A cuantos niños ayudaría en ese lugar tan especial. Besos :D

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  2. Una historia bastante desconocida en realidad, es cierto. Dejamos nuestro testimonio.

    Besos, Ricardo.

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