miércoles, 2 de marzo de 2022

Paul Éluard y sus bombas de libertad


Conocí el centro de Paul Éluard, este se encontraba en la Rue de la Villette en París. Pasaba todos lo días por delante de su puerta, y a través los cristales de la pequeña ventana pintada se podía vislumbrar un piano y un jarrón azul. Un día le eché valor y me atreví a entrar, entonces me explicaron que ofrecían una especie de encuentros, lecturas de poemas y clases de francés. Pasamos una inolvidable velada e incluso la amable señora que nos recibió nos cantó viejas canciones al piano, desde entonces el nombre de Paul Éluard quedó ligado a mi vida.

Este poema fue bombardeado desde aviones ingleses, sobre el París ocupado por el nazismo. Este poema fue escrito en 1942, en la Francia ocupada por los nazis, y miles de copias fueron lanzadas sobre París por aviones ingleses. Para ello Paul Éluard, que vivía escondido, le dio el manuscrito a su mujer P, Nusch, que lo entregó a las imprentas de la resistencia francesa dentro de una una caja de bombones.

Dejo el ejemplo del acto reivindicativo  en sí, considerando más que necesario que salga a la luz en estos momentos.



En mis cuadernos de escolar
en mi pupitre en los árboles
en la arena y en la nieve
escribo tu nombre.

En las páginas leídas
en las páginas vírgenes
en la piedra la sangre y las cenizas
escribo tu nombre.

En las imágenes doradas
en las armas del soldado
en la corona de los reyes
escribo tu nombre.

En la selva y el desierto
en los nidos en las emboscadas
en el eco de mi infancia
escribo tu nombre.

En las maravillas nocturnas
en el pan blanco cotidiano
en las estaciones enamoradas
escribo tu nombre.

En mis trapos azules
en el estanque de sol enmohecido
en el lago de viviente lunas
escribo tu nombre.

En los campos en el horizonte
en las alas de los pájaros
en el molino de las sombras
escribo tu nombre.

En cada suspiro de la aurora
en el mar en los barcos
en la montaña desafiante
escribo tu nombre.

En la espuma de las nubes
en el sudor de las tempestades
en la lluvia menuda y fatigante
escribo tu nombre.

En las formas resplandecientes
en las campanas de colores
en la verdad física.
escribo tu nombre.

En los senderos despiertos
en los caminos desplegados
en las plazas desbordantes
escribo tu nombre.

En la lámpara que se enciende
en la lámpara que se extingue
en la casa de mis hermanos
escribo tu nombre.

En el fruto en dos cortado
en el espejo de mi cuarto
en la concha vacía de mi lecho
escribo tu nombre.

En mi perro glotón y tierno
en sus orejas levantadas
en su patita coja
escribo tu nombre.

En el quicio de mi puerta
en los objetos familiares
en la llama de fuego bendecida
escribo tu nombre.

En la carne que me es dada
en la frente de mis amigos
en cada mano que se tiende
escribo tu nombre.

En la vitrina de las sorpresas
en los labios displicentes
más allá del silencio
escribo tu nombre.

En mis refugios destruidos
en mis faros sin luz
en el muro de mi tedio
escribo tu nombre.

En la ausencia sin deseo
en la soledad desnuda
en las escalinatas de la muerte
escribo tu nombre.

En la salud reencontrada
en el riesgo desaparecido
en la esperanza sin recuerdo
escribo tu nombre.

Y por el poder de una palabra
vuelvo a vivir
nací para conocerte
para cantarte
Libertad

4 comentarios:

  1. La guerra lo destruye todo, incluso lo más hermoso. Suerte que hay cosas con las que jamás podrá.
    Besos :)

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  2. ¡Qué maravilla, amigo! Gracias por traerlo de nuevo.

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    Respuestas
    1. A ti por estar !Hay tanto por descubrir y leer¡

      Besos, Ricardo.

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