lunes, 9 de enero de 2023

La Sevilla de los niños perdidos.


Los niños perdidos.

Se cuenta que a finales del siglo XV Sevilla era una ciudad devastada, tanto por el continuo tránsito de soldados que partían hacia Granada, como por las continuas desavenencias entre los nobles castellanos.

Sucedió que, de manera alarmante, comenzaron a desaparecer niños y el terror se apoderó de la ciudad.

Nadie sabía que sucedía.

Culparon a los judíos, gitanos, moros y hasta el mismísimo diablo, pero lo cierto es que cada noche desaparecía un niño.

Las madres los llevaban a las fuentes y no se separaban de sus cunas. El llanto asoló la ciudad y el misterio de los niños perdidos persistió durante mucho tiempo.

Ahora, hagamos un inciso y detengámonos un momento para hacer referencia al último tramo de la leyenda, pero téngase en cuenta que todo mito se transmuta con el paso del tiempo, hasta quedar establecido como verdadero.

Dispongo de datos de una antigüedad inconmensurable, y puede que el principio de toda esta historia sea anterior a la llegada de Roma, pero…. como ya he dicho, quedémonos con la versión más actual.

Resulta que se presentó en casa de don Alfonso de Cárdenas —regente de Sevilla— un presidiario dado a la fuga, alardeando de conocer el secreto y de esta manera poder resolver el enigma.

Este hombre que había llegado desde la Villa de Marchena a la cárcel real de Sevilla, la misma en la que pernoctó Cervantes siglos después, y había conseguido huir a través de los profundos pasadizos sobre los que descansaba la ciudad de Sevilla.

Abandonado por el Duque de Arcos —recuérdese que este se unió a don Pedro de Pacheco y apostó por la Beltraneja en vez de la "Católica", por lo que, una vez solucionado el conflicto con los Reyes, el golfo del Duque abandonó a su suerte a sus hombres, dando la mayoría con sus huesos en la cárcel—, pero sigamos y no nos desviemos del tema...

Tal como nos dice la leyenda, el fugitivo cruzó laberintos conformados por los siglos hasta toparse con una enorme serpiente.

No dando crédito a la historia, don Alfonso le prometió la libertad, además de una generosa cantidad de dinero en caso de que esta fuese cierta, aunque en caso contrario pagaría con su vida tal desfachatez.

Una corte aproximada de cincuenta hombres, guiados por el fugitivo, cruzaron Sevilla bajo el subsuelo.

De los cincuenta regresaron treinta y siete que fueron los que dieron muerte al monstruo. La serpiente o dragón era de tal magnitud que fue imposible sacarla, por lo que su cadáver descansa bajo la calle que lleva su nombre.

Desde entonces ese lugar es recordado como calle de la sierpe, aunque tal como me he referido, la leyenda viene de antes, mucho antes…

2 comentarios:

  1. Me encanta el cambio de tu página, por no mencionar la leyenda de la calle Sierpes. Me gusta esa combinación de imagen y color y la promesa tras las letras. Besos :D

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