miércoles, 20 de julio de 2022

Homenaje a Charlotte Salomon

 

«Mientras la guerra continuaba, me senté junto al mar 
y vi la profundidad del corazón de la humanidad».

Charlotte Salomon.

Charlotee nace en Berlín allá por 1917, concretamente en el barrio Berlines de Charlottenburg y en el seno de una familia acomodada, ya que su padre era cirujano y profesor de cierto renombre en la universidad.

La vida transcurrió plácidamente hasta la inesperada muerte de su madre cuando ella tenía ocho años de edad, siendo en principio la causa del fallecimiento la enfermedad de la gripe.

Charlotte lleva el nombre de su tía, hermana de su madre una joven que se suicidó a los 18 años, por lo tanto, deducimos que ya lleva cierta carga desde el nacimiento.


Cuatro años más tarde el padre de Charlotte vuelve a contraer matrimonio con Paula Lindberf, una importante cantante que se encariña con la niña y la introduce en el mundo artístico.

En medio de todo eso el nacional socialismo va creciendo en Alemania.

Cuando Charlotte cumple los dieciséis años, los nazis alcanzan el poder, razón por la que deja la escuela pública.

Contra todo pronóstico Charlotte es la única estudiante judía que es aceptada en la Escuela Nacional de la Academia de Bellas Artes. Allí aprende las técnicas tradicionales pero sus trabajos de esa época muestran la influencia de las obras modernas, milagrosamente salvaguardadas, en la biblioteca de la Academia.


Dos años más tarde, la presión de las políticas antisemitas del gobierno alemán, hicieron que su inscripción fuese anulada y se le retirase un premio. Durante esos años vivió un romance con el músico Alfred Wolfson, que le doblaba la edad, y que fue un gran valedor de su obra y su talento, animándole a querer la pintura y a expresar su alma a través de la misma.

Cuando el 9 de noviembre de 1938 tiene lugar la aciaga noche de los cristales rotos, Charlotte ya no se encuentra en la Academia, entonces la situación se vuelve insoportable para ella. Abandona Berlín, reuniéndose con sus abuelos en Francia, mientras que su padre y su esposa parten hacia Holanda.


«No quiero volverme loca, escribiré mi historia para no perder la cabeza».

Carta de Charlotte Salomon a sus padres.

A los 24 años presencia cómo su abuela se arroja por la ventana en su casa de la Costa Azul, donde se habían refugiado huyendo de los nazis.

Su abuelo le invita a seguir el destino de todas las mujeres de la familia, incluida su madre, a quien hasta ese momento ella creía muerta a causa de una gripe, sin embargo, falleció de la misma manera que su abuela y su tía; arrojándose por la ventana.

    —Serás la próxima —le dice el abuelo.

La revelación sobre la maldición que pesa a las mujeres de la familia es devastadora para la joven Charlotte, que se embarca como poseída en su obra.

¿Vida o teatro? un trabajo catártico y sanador, con el que trata de dar sentido a su vida; superar su pasado y ordenar el caos que le rodea. Entre 1940 y 1942 pintó casi 1.400 pinturas gouaches.


«Venga, sigue adelante y mátate».

En 1942 la rivera francesa fue ocupada por el ejército italiano, momento en el que Charlotte conoció a Alexander Nagler, otro refugiado alemán, también judío y del que se enamoró.

Regresaron a Villafranche, dónde se casaron y Charlotte quedó embarazada. Hicieron oficial su matrimonio en el ayuntamiento de Niza el 17 de junio de 1943, lo que sin duda los expuso abiertamente ante los alemanes.

Éstos, enviaron a un capitán de las SS llamado Alois Brunner con la intención de intensificar la búsqueda de refugiados judíos.

Por otro lado, se preparaba un rescate a gran escala de refugiados. Sin embargo, el capitán Brunner los detuvo antes de que pudiesen huir.


El 24 de septiembre de 1943, fueron enviados al centro de procesamiento de Drancy cerca de París. Y el 7 de octubre de 1943 partieron en el tren Nº60 sin saber hacia dónde se dirigían y viajando durante tres días hasta llegar a su destino final… el campo de concentración de Auschwitz.


«Si no puedo encontrar ninguna alegría en mi vida o en mi trabajo, moriré».

Charlotte Salomon, murió en la cámara de gas en Auschwitz, estando embarazada de cinco meses.

Su padre, el conocido cirujano inventor de la técnica de la mamografía, logró sobrevivir al Holocausto, depositando la obra de su hija Charlotte en el Museo Judío de Berlín.

Ella se la había confiado a su médico una maleta diciéndole: —Doctor, contiene mi vida entera.

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«En el cielo todo es mucho más hermoso que en la tierra».

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