domingo, 27 de noviembre de 2022

El puzle de La Luna en el Sauce

 


Cuando comencé a escribir La Luna en el Sauce, una de las primeras cosas que hicieron zozobrar mi cabeza era la distancia que habitaba entre cada personaje.

Por ejemplo, la madre de Manuela se llamaba Carmen y había nacido en Fuentes de Andalucía. Su padre, platero de profesión, era natural de Sevilla y Manuela, nuestra protagonista, lo hizo en Lebrija; lugar desde donde debía de partir la historia.

Teniendo en cuenta que nuestro segundo personaje era Ricardo, la cosa no pintaba bien; dado que estos se conocieron en un mercado en Monesterio (Badajoz).

Reconstruir una historia, una vida entera, partiendo de unos principios tan desenlazados se me antojaba una complicada situación.

Comencé visitando los lugares, dejando que estos me absorbiesen; conjurando el pasado, tal si fuese un acto de brujería.

Recuerdo que con la aparición del acta de casamiento entre Ricardo y Manuela todo cambió. Al fin la realidad me hacía un guiño y me obligaba a tomar tierra.

A partir de ahí, la cosa comenzó a tomar forma y, poco a poco, todos los “fantasmas” fueron ocupando asiento en la novela.

1 comentario:

  1. Esta obra es una auténtica joya. La he leido dos veces y no descarto volver a leerla en un futuro. Enhorabuena por esa labor realizada. Besos :D

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