viernes, 25 de noviembre de 2022

La niña ciega


Intensidad, definiría esta etapa en la que me encuentro. La luna en el Sauce es así y puede que nunca vuelva a escribir algo tan intenso como este libro.

En el diario real de Ricardo hay una historia que hace referencia una familia perdida en la inmensidad de la selva de Tukumán (creo que se escribía con k, tened en cuenta que hablamos de la Filipinas de finales del siglo XIX).

La partida española avanzaba rápido, cuando una familia, incomprensiblemente, era guiada por una joven ciega. El grupo se hallaba compuesta por una anciana, dos niños y la niña ciega.

Ricardo, arriesgó su vida alejándose de la compañía de soldados, qué avanzaba con rapidez, he intentó por todos los medios ayudar a esta familia a cruzar ríos y vados atestados de reptiles y serpientes.

Cuando se hacía la noche, y con tremendo pesar, hubo de abandonar al grupo. No le quedó más remedio que intentar alcanzar a su compañía.

Ricardo nos cuenta que no pudo conciliar el sueño pensando en la niña ciega y su pobre familia, pero cuál sería su sorpresa cuando al mediodía del día siguiente apareció en el campamento la niña ciega con sus dos hijos. La anciana no pudo llegar y sacrificó su vida por ellos.

Esto es cierto y da para una profunda reflexión.

Se relata en la Luna en el Sauce, pero advierto que no es fantasía, ni fruto de mi imaginación, aunque se lo cuente, en una noche de tormentas, arropados en la alcoba, Ricardo a Manuela.


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