sábado, 10 de diciembre de 2022

Amistad, ese sentimiento en peligro


Últimamente me llegan historias, las más entre hombres, que protagonizaron verdaderas gestas motivados por la amistad.

Término hoy en desuso y suplantado por el ambiente o el nuevo contexto en el que formulamos nuestras relaciones.

Con una necesidad arrogante, avasalladora diría, nos introducimos en ese nuevo mundo acabado de surgir; me refiero a las redes sociales, en las cuales incluyo Wasap y sus grupos.

Configurados y preestablecidos para compartir una superficialidad y la extroversión que otorga la distancia, esa frialdad con la que nos enfrentamos al otro y en donde nuestro ego, debido un aislamiento vehementemente programado, se nos viene arriba.

Decía Helen Keller: «Prefiero caminar con un amigo en la oscuridad, que solo en la luz»; en dicho enunciado, la autora, nos ofrece en toda su plenitud, el carácter atemporal y sin prejuicios del término.

Amistad: Confianza y aspecto desinteresado entre las personas.

Un poco descafeinada diría que nos queda la fórmula;
Amistad, comprender y ser comprendido, nos diría Séneca.

«Un amigo es aquel que te conoce y te ama de todos modos», esta se acerca más a cuanto deseo expresar…

La capacidad de entrega al otro sin reserva, ni censuras, por ahí van los tiros; depositar en el otro una confianza total, sin prejuicios y sin cuestionar. A sabiendas que nunca serás dañado, al menos con la conciencia que se infringe el daño.

Últimamente, me han llegado hazañas sorprendentes, las más entre hombres, ya lo he dicho, pero sorprendentes dado la arrogancia que suele intervenir en este género, tan confundido hoy en día.

Entre libros he leído; juramentos de lealtad que traspasaron la muerte, grandes gestas en honor al amigo, mantener la palabra dada y, lo que es más importante, disponer de una plena confianza en —el otro—, dado que nunca te va a defraudar.

El sexo lo dejamos a un lado, no confundamos, hablamos de amistad, ese sentimiento perdido o, al menos, en vías de extinción.

Necesario para recuperar el ritmo, para apoyarnos y poder recobrar nuestro espacio y, por supuesto, nuestra autoestima perdida.

2 comentarios:

  1. Ay Ricardo, los auténticos amigos son incondicionales, me atrevo a decir incluso que sufren contigo, celebran contigo, te acompañan, te escuchan, no te juzgan. Hoy en día no se presta demasiada atención a "los amigos", pero son un regalo de la vida. De todas formas, qué voy a decirte, tengo la suerte de tenerte como mi amigo. Besos :D

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    1. Son muy pocos, estos, pero te puedo asegurar que haberlos los aylos.

      Besos, Ricardo.

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