viernes, 3 de noviembre de 2023

Viaje a Casa de Matorral

 


Hoy me dirijo a la sierra, en busca de un día de escapada para alejarme de la bulliciosa ciudad y su constante ajetreo.

Disfrutaré de un almuerzo en casa de Matorral, con buen vino y una promesa de comida marroquí. Hablaremos de literatura, de poesía, y trataremos de evitar todas esas preocupaciones que parecen abrumarnos en estos tiempos.

Aprovecharé la oportunidad para probar la cámara fotográfica que me regaló Marta, la cual ha estado esperando pacientemente su momento.

Y todos juntos daremos un paseo por su inmenso jardín, me ensañará sus flores y su huerto.
Hoy quizás no haya tiempo para un baño en el manantial, pero quién sabe...


Lo bueno de todo esto es que en casa de Matorral no hace falta llevarse el bañador.

Termino con las palabras de mí siempre admirado Thoreau:

"Una vez tuve un gorrión posado en mi hombro, por un momento mientras cavaba en un jardín del campo. Sentí que ese momento me ofrecía más distinción que cualquier carretera que hubiera podido llevar".



¿Qué decir del día de ayer?

Viaje a la sierra, a casa de Matorral, dónde el tiempo; como siempre se hizo corto.

Nos aguardaba un delicioso Tajine de pollo con membrillos confitados al estilo marroquí. Viandas de todo tipo, vino portugués y literatura; mucha literatura.

Le entregué un ejemplar de "Diálogos con la escritura", para que pasara a formar parte de su excepcional biblioteca.

Luego, nos sumergimos a dormir en ella, al amparo de la otra completa de Juan Ramón Jiménez.
No conozco nadie más verdadero ni humano que Matorral. Ejemplo de humanidad constante.
Y, en dónde las luces, prevalecen siempre sobre las sombras

No hay comentarios:

Publicar un comentario