sábado, 21 de septiembre de 2024

Reclusión literaria, donde el pensamiento habita.


Llevo medio año recluido en una aldea.

No, no voy a decir el nombre. No insistáis. Hasta que la novela no se publique, nadie sabrá dónde he estado.

Mis pensamientos han sido mi única compañía en este aislamiento, todo con el propósito de dar vida a una nueva historia, de crear personajes y trazar una nueva tragedia.

Durante este tiempo, he trabajado sobre la soledad y la presión desmedida que unos pocos ejercen sobre muchos.

He explorado el componente psicótico que todos llevamos dentro, esa tendencia a sucumbir a los delirios de nuestros semejantes. Para ello, elegí una aldea desconocida, lejos de la mirada de todos, un lugar que nadie sabe que existe.

Aquí, he profundizado en la opresión psicológica llevada al límite, utilizando los traumas pasados de mis personajes como combustible para la historia. Mi obra confronta demonios internos, tejiendo misterio y suspense en cada página.

Si en algún momento mi comportamiento les ha parecido extraño, ahora conocen la causa, y les pido disculpas.

Aquí, el que no corre, vuela.

Una cerveza, por favor... que tengo la boca seca.

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