jueves, 27 de enero de 2022

Una anécdota de Clarice Lispector

 


Clarice Lispector se hospitalizó por una obstrucción intestinal y durante el viaje de ingreso fue capaz de echar mano de la ficción (lo imprevisto) para burlar la realidad.

En el taxi de camino al hospital, le propuso a su amiga Olga Borelli:

    —Fijamos que no vamos al hospital, que no estoy enferma y que nos vamos a París. Comenzaron a hacer planes de lo que harían allá y el taxista, que no pudo resistirse, se introdujo en la conversación preguntando:

    — ¿Puedo ir yo?'

    —Claro, y traiga también a su novia—, le respondió Clarice.

    —Mi novia es una mujer mayor de 70 años, y no tengo dinero —respondió el taxista siguiéndole el juego.

    —También viene. Finjamos que ha ganado usted la lotería —le respondió Clarice.

Al llegar al hospital, el chófer le cobró 20 cruzeiros y ella le dio 200.

Su invención, no pudo evitar lo inevitable y Clarice murió un mes y medio después. Un día antes de cumplir cincuenta y siete años, en el Hospital Lagoa de Río de Janeiro, a causa de un cáncer de ovario.

2 comentarios:

  1. Es lo que tiene soñar y jugar. Te permite vivir la vida de otra forma, de una forma mejor. Lástima que no cure las enfermedades. Murió muy joven, qué pena.
    Besos :)

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  2. Tuvo una vida intensa y nos dejó un enorme y apasionante legado.

    Besos, Ricardo.

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