jueves, 13 de enero de 2022

Reflexiones tras la lectura de Peter Pan



«Todos los niños crecen, excepto uno»

«No sé si habéis visto alguna vez un mapa de la mente de una persona»

«A estas tierras mágicas arriban siempre los niños con sus barquillas cuando juegan. También nosotros hemos estado allí; aún podemos oír el ruido del oleaje, aunque ya no desembarquemos más»


James Barrie
(9 de mago de 1860 - 19 de junio de 1937)

El libro leído es Peter Pan de J. M. Barrie. Alianza Editorial 1987.

Es conocido que James Barrie, a los seis años de edad, perdió a su hermano mayor de trece años en un trágico accidente. Desde entonces este suceso quedó retenido en la mente de Barrie, eternizándolo en su obra.

Tras el fracaso de su matrimonio, Barrie conoció a la familia Devies y más concretamente en un encuentro fortuito con los niños George y Jack Llewelyn Davies, mientras paseaba a su perro Porthos por los londinenses Kensington Gardens. Se hizo amigo de los pequeños, jugaban en el parque y de esa manera, la exuberante imaginación del escritor dio salida a su inagotable mundo interior, llevando a cabo representaciones teatrales e historias sobre indios y piratas.

En 1910 muere la señora Daviesa a edad temprana, por lo que Barrie se hizo cargo de los niños.

De todos es conocido la aproximación de Barrie a la sociedad esotérica Golden Dawn, por lo que es probable que de ahí pudo configurar los elementos necesarios para una obra que se nos antoja más psicológica que otra cosa; razón para que este sea el cuento que más haya influido socialmente desde su estreno en Londres un 27 de diciembre de 1904.


Estatua de Peter Pan en Hyde Park, Londres

«Mira Wendy, cuando el primer bebé se rio por primera vez, su risa se rompió en mil pedazos y éstos se esparcieron y ése fue el origen de las hadas».

Uno de los niños ellos se llamaba Peter y ahí damos paso al inicio del personaje creado por Barrie, seguido del apellido Pan que, sin duda alguna alude al dios Pan, que representa la naturaleza y se simboliza con patas de carnero, orejas puntiagudas y pequeños cuernos.

El traje verde con flecos representaba sin duda la naturaleza, la estrella a la que seguían para llegar al país de Nuncajamás hace alusión indirectamente de la estrella Sirio; aquella que siempre han seguido los magos.

El País de Nuncajamás representa el imaginario, la infancia perdida y no el cielo como muchos autores designan.

Campanilla, la pequeña hadita, es más hada que ángel por aquello de los celos y las envidias; recordemos el origen escocés de Barrie.

Los niños salvajes son siete y alude, una vez más, al número más sagrado de la antigüedad; siente enanitos, colores, notas musicales...


Peter Pan representa un mundo interior narcisista donde todos intentan imponerse; Garfio, Campanilla y Peter. Salvándose de esta trilogía Wendy que representa esa madre reverenciada que cuida de todos.

Es fácil de deducir la infancia que debió de pasar Barrie, el amor incondicional a su madre y la lucha contra el padre representado por Garfio y el señor Darling; padre de los niños que muestra en un episodio el comportamiento cruel con la perrita llamada Nana.

Se dice que James le leía cuentos a su madre para que olvidase la pérdida de su hermano.

Lo que pocos saben es que Wendy también representa a una niña muerta llamada Fwendy, amiga de infancia que falleció a los cinco años de edad.


Ilustración de Scott Gustafson

Nuncajamás nos reafirma en la sensación de recibir un castigo más que de alcanzar el paraíso, por otro se encuentra ese sonido inquietante del tic-tac que conlleva la figura del cocodrilo, compartiendo con su presencia devoradora el tiempo que nos aleja de la infancia.

La presunción de Garfio tampoco nos deja indiferentes, la elegancia y el dolor que se padece al ser «una persona mayor», las sirenas como objeto de diversión y placer, la oscura Tigridia, personaje olvidado por todos cuantos han analizado la obra y que representa a una princesa india de fuerte carácter.

Dejamos el símbolo de la sombra para el final, mítico símbolo tratado en el psicoanálisis de Jung. Recordemos que Peter acude a casa de Wendy a recuperar la sombra que ha perdido. y ella, representando la madre, la cose a la planta de sus pies para que no escape de su lado «hablamos de consciencia e inconsciencia».

Sin duda que esta narración dispone de un amplio repertorio de oscuros trasfondos psíquicos para un simple post. Por lo que anuncio que muy pronto abordaremos los síndromes de Wendy y Peter Pan que han pasado a formar parte de nuestro epistolario psicológico.

Multitud de símbolos emergen tras cada página de esta impresionante narración, que se me antoja de lo menos infantil que he leído. A veces cruel y despiadada, una búsqueda y huida, lucha y desesperación y si no tuviéramos constancia del carácter más bien asexuado del autor dudaríamos de interpretar esa frase que se puede leer en el texto original; «Al cabo de un rato se quedó dormido y unas hadas tambaleantes tuvieron que trepar por encima de él, al volver a casa después de una orgía».

Concluiría diciendo que este pequeño librito tiene demasiados trasfondos oscuros para un simple post, tanto que pronto abordaremos los síndromes de Wendy y Peter Pan que han pasado a formar parte de nuestro epistolario psicológico.



Ilustración de Michael Foreman

2 comentarios:

  1. Qué maravilla de entrada Ricardo, a los que nos gustan los cuentos de hadas, encontrar el por qué, los significados... es muy interesante. Besos :D

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  2. Tras ellos se esconde verdadera sabiduría. Son pasadizos secretos en las bibliotecas.

    Besos, Ricardo.

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