jueves, 3 de febrero de 2022

Como espuma de mar, reseña literaria

 

«Un café que aquel día me había sabido a poco. Quizás porque mi cuerpo tenía frío de amor y añoranza de locura».

Llega una nueva obra de Margarita Hans a nuestra particular biblioteca de La casa en el árbol. Si mal no recuerdo han pasado dos años desde su último libro; «Brumas del pasado». Tras leerlo, puedo manifestar que Margarita es un arma mortífera en las distancias cortas. Maneja a la perfección el formato del relato o cuento y sabe mantener el ritmo, por lo que con breves palabras consigue encandilarnos, 

La prolífica escritora, la amiga, esta vez nos desborda con una colección de narraciones que, en principio, nos engaña aparentando cierta y esquiva sutileza, pero nada más lejos de la realidad. Su diálogo interior hacen que los personajes, al más estilo Alice Munro, se desnuden ofreciéndonos la posibilitad de navegar en un océano de cargado de miedos y atrevimientos. Y es ahí, en ese formato, donde la verdadera Margarita se revela en toda su magnitud. Desde la vacilante «Estatuas de sal», donde percibíamos a una mujer cargada de perjuicios y sumergida en un entorno familiar asfixiante, pasamos a «Brumas del pasado», una novela de tintes mitológicos, que nos revelaba una mujer inocente, romántica y soñadora. Tal como ese personaje dulce y aparente que nos ofrece Margarita cuando pasea por las calles de Carmona; quien no te conozca que te compre...  

Tras una gran autora forzosamente han de esconderse secretos, cuestiones y devenires que no se encuentran al alcance de cualquiera, recordemos a la señora Christie, por ello y tras la atenta lectura de sus anteriores obras, deducíamos que Margarita aún carecía de ese toque de realismo necesario para culminar una gran obra. 

Margarita es de las personas que trabajan cuando nadie lo hace, capaz de pasarse las noches en vela porqué sencillamente se le escapa una frase o la trama se le deshila. Margarita va a por todas y eso comienza a notarse. Su prosa elegante y esmerada nos llega esta vez cargada de un trasfondo íntimo y personal en el que arriesga y pone todo sobre la mesa; haciendo que su proyecto se convierta en una realidad incuestionable y en donde podamos afirmar que nos encontramos con esa mujer que tanto tiempo llevaba escondida y que gritaba con todo su ser la necesidad de afrontar la existencia en total magnitud. 

Margarita, en esta obra, no es aquella que nos esquivaba sus sentimientos entre cortijos y fantasmas. Como espuma de mar nos ofrece un estilo de corte intimista y humano, en donde Margarita se expresa como la claridad del agua limpia de un estanque. 

«Todo era el eco de tu voz y esa melodía embaucadora que me impulsaba cada día…»

«Aún hay quien la mira y cuchichea, agarrándose a que no es normal que lleve flores en el pelo…»

Frases que parecen surgir de la canción Advertencia, de Jenny Joseph. Advirtiéndonos, valga la redundancia, de lo que llega y del proceso vivido por la autora, donde ahora se atreve a declarar y sin miedo a exponer cuanto sucede por su interior. 

Los personajes de Margarita, a menudo, se enfrentan a costumbres y tradiciones profundamente arraigadas, debatiéndose entre la rabia y en un intento desesperado por alcanzar algo tan extraño llamado amor, además de miedos, desencuentros y una enorme ambición por sobrevivir. 

En estos momentos, Margarita no escribe para evadirse, nada tan lejos de la realidad. El trasfondo de su lectura es el desgarro, el grito; ese grito de Munch, que nos obliga a resituarnos una y otra vez en el mundo; como un viento colérico que viene cargado de fantasmas y que nos incita a escapar e intentarlo de nuevo; ¡Vivir, tan solo vivir!

Con este libro, Margarita se sitúa en un lugar ciertamente peligroso y en el que no hay vuelta atrás. Ha dado un golpe de calidad importante en lo literario y lo que es más importante se ha atrevido a desnudar su ser. Ahora, intuyo que seguirá trabajando con ese tesón que tanto la caracteriza, pero ahora lleva ventaja y aunque le parezca que el mundo gire en su contra; ella ha cogido carrerilla posicionándose.

Cualquiera que haya leído mucho sabrá que se encuentra con una de las escritoras más destacadas del panorama actual de Andalucía. Lástima que la editorial no haya sido capaz de captar la joya que ha tenido en sus manos y no haya advertido que el poder del libro no estaba en tan absurdos estampados; sino en la palabra, esa sencilla palabra capaz de llevarnos por quien siente como el rayo y se expresa con la suavidad de la seda.

«Y sentí miedo. Y sorpresa. Y todo lo noté un instante antes de que el barro inundara mi boca y me escocieran los ojos, y me golpease la rodilla y a duras penas intentara nadar. Quise agarrarme donde fuese, no me importaba lo que brillaba, solo quería respirar. Iba a morir allí. Intenté arañar el borde del arroyo, quise agarrarme a cualquier cosa y me pinché, y sentí algo que me pegaba, y luego me empujaban, y de pronto todo terminó, y yo me vi tosiendo sobre el frío puente. Y miré hacia arriba. Creo que mi madre lloraba».


4 comentarios:

  1. Sin palabras. Ricardo, me has emocionado en lo más profundo de mi alma. Gracias se queda corto. Este tipo de reseñas son las manos amigas que te ayudan a continuar, y sobre todo, te hacen ponerte la armadura y decir...¡Aquí estoy! Gracias de nuevo. Gracias, gracias, gracias.

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    1. Te lo mereces todo, sabe que sí. Tan solo tienes que creértelo, lo demás está de sobra.

      Besos, Ricardo.

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  2. Que hermosa entrada para una escritora magnífica.
    Yo siempre le digo que es una maga, una hechicera de las letras.
    Excelente, excelente en cada una de sus palabras e ilusiones.
    Gracias por compartirlo.Abrazobuho 😊🍁🍁

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    1. Gracias Buhítas, tengo verdadera pasión por esta escritora. qué le vamos hacer...

      Besos, Ricardo.

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