miércoles, 26 de enero de 2022

La burda mentira


Aún no he levantado las persianas, me refugio bajo el calor de la lumbre. Acabo de corregir un relato y una idea. Ya se filtra la luz de la amanecida y va siendo hora de regresar a la realidad. Se me da bien el steampunk, que es un subgénero literario en el que me muevo como pez en el agua, por eso quizás la vida me ha puesto por delante a una hija en Bristol. También eso que ahora llaman vintage, junto con las comunidades que se han formado alrededor de estas nuevas ideas conformando todo un estilo de vida.

De fondo, suena el piano de Yann Tiersen compartiendo sonoridad con el piar de los pájaros. Se aproxima un nuevo día y, por mi parte, se me antoja un buen café sin mascarilla de por medio. Repasar cuanto sucede o simplemente pasa por delante mí, sin poner nada; tan solo observar para luego refugiarme.

No son tiempos de intentar cambiar el mundo; todas las formas conocidas han caído, tan solo nos queda la mirada vacía e intentar que nada traspase al interior. Ni nuevas vacunas, ni publicidades engañosas; tan solo ser lo que siempre hemos sido, con eso ya vamos sobrados. Todo lo demás suena a burda mentira.

2 comentarios:

  1. La situación no es la mejor, al contrario, parece que una orda invisible nos ataca. Sin embargo, no coincido contigo en algo... "No son tiempos de cambiar el mundo". Siempre es tiempo al menos de intentarlo, y tú lo haces en cada relato y cada idea. Los que te leemos lo agradecemos con sinceridad, durante le instante en que un lector se sumerge en una historia... el resto del mundo se detiene. Y ahora, hace más falta que nunca.
    Besos :)

    ResponderEliminar
  2. Llevas razón, quizás debiera haber dicho; "no son tiempos de ir a pecho descubierto", demasiara ira y resentimiento, a pesar de ello no desistiremos y seguiremos a lo nuestro. Pelando con sables de versos y palabras.

    Besos, Ricardo.

    ResponderEliminar