jueves, 28 de octubre de 2021

Paul Gauguin, el viaje de mi vida.



                                                ¡Déjame entrar, déjame entrar! 
                                                ¿Quién eres? —pregunté pugnando por soltarme.
                                                Catalina Lintón —contestó, temblorosa.
                                                Me había perdido en los pantanos, y vuelvo ahora a casa.

De Emily Brontë, Cumbres Borrascosas

Mi padre, siempre me producía temor era un ser alejado y arrogante. Muy independiente y nunca sabía uno en que pensaba. Tenía tierras, era colono y comerciaba con los negros, aunque de vez en cuando me decía:

— ¿Ves esas nubes? ¿Distingues como yo sus formas cambiantes?

Recuerdo que me hacía mirar el cielo y bajo ese cielo mutable  veía formas tornadizas; seres quiméricos y extraordinarios.

Ello hizo que me justifique ante él ya que tras su ruda apariencia debó ser un hombre de gran ternura. En 1868 me llegó una carta de él, que terminaba así;

—Tu padre que siempre te quiere, aunque no te lo exprese.


Solo siento las sombras, los relieves visibles, sin duda. 
Todo contorno es difuso y forma parte de la abstracción”

El gran viaje de mi vida lo hice antes de nacer y en el vientre de mi madre. Imaginé haber nacido en el mar y es que… el viaje de mis padres, desde Luisiana hasta Francia, fue muy largo. Viaje en el que yo navegaba en el vientre de mi madre, ya lo he dicho, y en donde el agua fue dos veces agua y aunque aún no había nacido ni presenciado las nubes, el mundo de lo líquido caracterizó mi manera de habitar en el mundo.

Muchas veces, y conforme pasan los años, pienso que mi alma persistirá de por siempre en esa travesía sin escapatoria posible. De ahí la sensación de residir al borde de un abismo, de ser una persona sin tierra firme, un ser de nubes algodonadas y profundidades marinas.

De lo delicado y sensible del agua fui confinado a la más absoluta de las soledades y donde los campos de Médoc me acogieron en una llanura inmensa colmada de viñas, pero sin árboles. En ese desierto que se extendía hasta el infinito dibujé los primeros lienzos y pasteles de mi infancia.

Bajo esa misteriosa y cansina luz, crecí al cuidado de mí nodriza y de mi tío, un hombre bonachón de ojos tremendamente azules…

Una casa solitaria en medio de unas tierras abandonadas sin sombra y en donde un océano de nada cubría los espacios desiertos; se estaba tan solo allí. Incluso en el aire se había acumulado una gran reserva del alma humana, llena de coyunturas y tiempo, cómo el espíritu de las cosas muertas y de las casas abandonadas.
A pesar de la enorme tristeza que invadía mi alma llegué a querer ese lugar.


Ese carácter dado al ensueño retrasó la llegada del hombre. En oposición a cualquier indicio de irracionalidad o vulgaridad; era pues un ser delicado y muy dado a los sensible.

Violette Heiman

Se me calificó, tras la fama y la muerte, de una mente sombría o taciturna, pero reconozco que mi alma quedó en Médoc para siempre y que años después de salir de allí, aún pasaba las horas tendido en el suelo, con los ojos cerrados y mirando sin ver.

Allí sucedieron los primeros once años de mi vida, abandonado a mí mismo, paseando y presenciando el paso de las nubes bajo el cielo…

Pienso que el artista viene a la vida por una misteriosa necesidad. Nace desnudo sobre el vasto paisaje y es ya artista aún antes que la madre haya dispuesto los paños que lo envolverán.

Entregado a la causa de la flor, el perfume de lo desconocido tiende sus redes y hará que todo el mundo se le aparte. De ahí el alejamiento fatal, incluso trágico del artista.


—Yo creo que los discípulos del gran arte, serán glorificados y que, envueltos en un celeste tejido, de rayos de luz, perfumes y acordes, regresarán para fundirse en el seno de la fuente de toda armonía”

—Así pues, mi querido Paúl, seguro que volveremos a vernos, no sabemos cómo ni cuándo, pero seguro que volveremos a vernos".

De Richard Wagner a Paul Gauguin, en abril de 1891 
y a punto de partir este, para las islas Marquesas.

2 comentarios:

  1. Maravilloso Ricardo. Un artista sin lugar a dudas que sería el precursor de nuevos movimientos. Besos :D

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    1. Fascinante, cada vez que profundizo en su vida más me desborda.

      Besos, Ricardo.

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