miércoles, 22 de septiembre de 2021

Vicent Van Gogh y los Comedores de Patatas


«Un cuadro de aldeanos jamás debe de estar perfumado»

Vicent Van Gogh


Quien diría que la patata llegada a Sevilla en 1570 tardara más de dos siglos en considerarse comestible, a la vez que iba dando volteretas por toda Europa.

Planta de uso ornamental acusada de maléfica, portadora de la lepra o alimento afrodisíaco por los intelectuales y religiosos.

Su consumo se lo debemos a un señor llamado Augusto Parmentier, quien se atreviera a presentarla al mismísimo rey Luis XVI, como remedio salvador de la hambruna que padecía Francia por entonces.

Sucedía este hecho en una tarde de agosto de 1775 en el palacio de Versalles

—Señor, quiero ofreceros un ramo digno de su majestad: La flor de una planta que puede solucionar la alimentación de los franceses.

Y la respuesta de dicho rey fuera esta;

—Lo siento señor jardinero, las cuestiones de jardinería las lleva la reina.

Curioso, esto sucedía justo cien años antes de la elaboración del cuadro. ¿Casualidad o simplemente un accidente del destino?


Homenaje a la patata y en toda regla por parte de Vicent, que muestra en su obra la salvación o la posibilidad de resurrección, diría yo, del campesinado de la vieja Europa.

Donde en dicha obra queda magistralmente retratado el acto venerable de ser alimentado por el tubérculo sagrado, venido de los andes.

En esta obra maestra, la humildad y autenticidad por parte del pintor, se traduce en la creación de una escena que supera lo pictórico, sumergiéndonos en un ambiente onírico plagado de miseria y a su vez por la mayor de las dignidades.

En mayo de 1885, Vicent, termina su obra Los Comedores de Patatas, en él se puede observar la familia del sacristán católico Shafrath. Vicent, por entonces, habitaba en dos habitaciones alquiladas a Shafrath en Neunnen. Una de ellas era utilizada como estudio, ofreciendo cobijo a la inspiración del pintor para crear esta obra maestra.

Este cuadro representa la suma de todas sus búsquedas anteriores.  El tema de la pobreza es vivido con una interpretación que roza lo identificativo, las figuras humanas, sobre todos los rostros, denotan la influencia de las grotescas distorsiones de Daumier.

La pincelada espesa y sin duda motivada por la pasión que Vicent mantiene sobre la figura del maestro Delacroix. Obra criticada en sus principios, incomprendida entre el círculo de amigos que le rodeaban.

Pero dejemos que sea el mismo Vicent quien nos cuente que sentía y que se esconde tras la intención de la obra:

«He querido dedicarme de manera consciente a expresar la idea de que esa gente que, bajo la lámpara, come sus patatas con las manos que meten en el plato, ha trabajado también la tierra. Mi cuadro exalta pues, el trabajo manual y el alimento que ellos mismos se han ganado tan honestamente».


«He querido que haga pensar en una manera de vivir completamente distinta a las personas civilizadas. Así, pues, no deseo en lo más mínimo que nadie lo encuentre ni siquiera bello ni bueno».

«Durante todo el invierno, he tenido en mis manos el hilo de este tejido del cual buscaba el modelo definitivo, y si ahora se ha vuelto un tejido de un aspecto rudo y grosero, no es menos cierto que los hilos han sido elegidos con cuidado y siguiendo ciertas reglas. Por mi parte, estoy convencido de que a la larga se obtienen mejores resultados pintándolos en toda su crudeza que dándoles su primor convencional».

«Con su falda y camisa azules, cubiertas de polvo y remendadas, y que bajo el efecto del tiempo, del viento y del sol, han tomado los más delicados matices. Una muchacha de una granja es, a mi parecer, más hermosa que una dama; que se vista como una señora y todo lo que hay en ella de verdadero desaparecerá».

«Un aldeano es más bello entre los campos, con su traje de fustán, que cuando va a la iglesia el domingo, acicalado como un señor».

De Cartas a Théo

2 comentarios:

  1. Me maravillo de tus entradas Ricardo, qué historia más curiosa y sobre todo, magnífica. Un visionario, un genio, y algo tan sencillo como compartir una comida en la más sencilla humildad, con algo tan cotidiano para nosotros como pueden ser las patatas, pero que en ese enclave en concreto era... el manjar por excelencia.
    Besos :D

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  2. Historia de la humanidad y del proceso de como los alimentos han llegado a nosotros.
    Besos, Ricardo.

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