domingo, 22 de mayo de 2022

La respuesta natural


A veces, resulta que la luz se apaga y uno se queda a oscuras, entonces llega un momento de vacilación y duda que conlleva desconfianza y aprensión.
Casi siempre esta situación viene precedida de alguna noticia o interacción que actúa desde el exterior, bien porque hayamos oído alguna noticia desagradable, o bien porque alguien intenta desestabilizarnos debido a su arrogancia y falta de decoro al invadir nuestro espacio vital o al intentar imponernos sus ideas.
Decía Perls; «El organismo lo sabe todo. Nosotros sabemos muy poco. La intuición es la inteligencia del organismo». Debido a ello deberemos retirarnos y buscar nuestra respuesta de manera natural.
Siempre desde dentro, desde el ahora.

Vivir el presente en el presente es fundamental para el proceso.
Resulta que cuando se apaga la luz es hora de recurrir a esa batería de urgencias y que de manera incomprensible siempre se encuentra cargada.
En mi caso recurro a la lectura, la música y el silencio. Ese bendito vacío que tanto me llena.
Ahora leo el último libro de Murakami, uno de relatos en donde todo se mezcla; el nudo con el desenlace y la trama. Sin embargo, Murakami es un genio de las letras y sabe transmitir como nadie cuanto pasa por su interior. Eso sí, con una templanza y nitidez demoledora. Con cada lectura de Murakami nos aseguramos un mundo colmado de matices y en el que experimentamos emociones de todos los colores, ya sean tangibles, contradictorias o las más retorcidas.
Regresar a los lugares seguros es otro de mis recursos, aquellos sitios que un día nos ofrecieron un regalo. Darle gracias al lugar, a Dios, sí se prefiere, o a la naturaleza de las cosas. El caso es conseguir un momento de humildad que sea capaz de encender la luz de nuevo.
Para encender la luz se necesita de una reiniciación del sistema, recomponer aquellos elementos que se han descontrolado y nos han llevado al «corto circuito».
«Me levanto para probar el amanecer, y encuentro que el amor solo brillará hoy», nos dice Ken Wilber.
También las ideas, las ideas nobles nos ayudan. Los bosques, los árboles siempre han sido mis amigos y los animales de compañía, aquellos que morirían por nosotros.
Esa es la lección, recomponer el objetivo que nos haga de nuevo encender la luz y alejarnos paulatinamente de aquellas «ideas – compañías» que conlleven negatividad y nos produzcan abatimiento.
Retirarse con uno, solo con uno, para así hallar la compañía adecuada.
Y terminamos como comenzamos, afirmando aquello de que la introyección es el mecanismo neurótico mediante el cual incorporamos dentro de nosotros patrones, actitudes, modos de actuar y pensar que no son auténticamente nuestros.
De ahí la importancia de lo que he expuesto hoy; no dar por verdadero cuanto nos llega de fuera e intente, de alguna manera, introducirse en nuestra vida.
La metáfora que utiliza Perls, sobre el proceso de digestión es muy clara: «Al igual que cuando comemos un alimento el cuerpo necesita pasar por un proceso de masticación, deglución, digestión y eliminación de aquello que no necesita, lo mismo ocurre con el «alimento psicológico que nos presenta el mundo».
Lo siento, pero hoy me he levantado así, de esta manera.

2 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo contigo Ricardo. Nos preocupamos del alimento para el cuerpo, pero pocos hablan del alimento para el alma y la necesidad de descanso, aislamiento, conversación interior, y sobre todo, conocerse y prestarse atención. Besos :)

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    1. Bien hablado Margarita, una coda lleva a la otra... siempre.

      Saludos, Ricardo.

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