Ayer estuve en mi pueblo, Coria del Río, presenciando una de las más hermosas tradiciones que se han incorporado en los ultimos años, dado el vínculo que existe entre Coria y una población de Japón llamada Sendai; la ciudad de la que partió en 1613 la Misión Keicho, que abrió la histórica relación.
Se trata de la ceremonia denominada "Toro Nagashi" y que significa, literalmente, «linternas que fluyen», y es un rito que se celebra la última noche del festival O-bon.
Un homenaje a los antepasados, a quienes ya no están, que consiste en arrojar linternas de papel al agua. Estas simbolizan las almas de los fallecidos el último año y el agua, por su parte, se vincula en Japón al origen del ser humano. Por tanto, conectar espíritu y raíces significa reencontrarse con la vida y ofrecer paz a sus almas.
Los orígenes de este rito se remontan al agosto de 1949 en conmemoración a quienes perecieron en la guerra, entre otras razones, por el bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki.
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